Soy tu perdición, tú me convertiste en ello, mi venganza es dulce, un complejo masoquista, por cada lágrima tuya, mi corazón sangra; pero sabes, me gusta, me encanta ver el dolor en tus ojos, ese sentimiento al que me condenaste cadena perpetua, esa agonía que me arrastró al abismo…
Sí, tal vez soy cruel, pero… lo soy por ti
Recuerda que soy buena aprendiz, tú me enseñaste, todo lo que soy ahora, claro!, te superé, la niña de los ojos inocentes murió, el mundo se empeño en que los odie, aquí tienen su rencor, aquí tienen su esfuerzo…
Ódienme como deseen, su odio no se compara a la amargura que siento
Te duele?, eso no es nada cariño, aun hay mas, ten paciencia, me gusta jugar con mis presas, llevarles al ocaso del vacío, al destierro infernal…
Tengo tantos planes y deseos, sabes… tengo muchas metas, tu sufrimiento es una de ellas, pero me estas decepcionando, eres muy débil, tu muerte se acerca, pensé que durarías mas, es una lástima…
No tienes derecho a reclamar, la niña del príncipe azul falleció aquel día
Tan importante te creías?, tan poco era el amor que te daba?, hubiera muerto por ti, si lo pedias; pero te dignaste a matarme poco a poco, y pides piedad?, del infierno vengo a tomar lo que era mío, deleitándome del placer de tu sufrimiento…
Mi cuerpo frio vaga en las penumbras rodeado de espinas
Ya te dije, soy masoquista cada lagrima que te ocasiono, mi corazón se desangra…
Tranquilo, te dejaré huir de mí…
Maldito sea el amor que te tengo, rompe los límites del odio hacia ti, es que eras el aire de mi existir, ya me canse de mentirme así…
acostumbrarme que naciera para el delirio de las almas
El tiempo pasa y olvido tu mirada, provoque esa laguna en mí, así me será más fácil sobrevivir en un mundo que existes, tratando de olvidar los amargos momentos que ocasionaste con tu egoísmo
Sin embargo porque aun deseo que me envuelvas en tus brazos?, porque siento que quiero correr a tu lecho?, maldita desestabilidad la mía, que corrompe mi orgullo a humillarme al extremo
Eres un peligro para mi amor propio, atada a tu presencia, debo olvidar, debo reiniciar el libro de mi vida, acaso ni volviendo a nacer podré?
Déjenme llorar, realmente lo deseo, pero hace ya tiempo que mis ojos ni se humedecen, solo llevo esta agonía en el pecho, que me quema consumiéndome, llevándome a una desesperación rutinaria…